El abuso como denominador común

Pasaron mis primeros veinte años de ejercicio de la abogacia. Concluida la carrera ya adulto y con una previa trayectoria en el periodismo de más de una decada, jamas imaginé que amaria tanto esta profesión.

Analizando los casos en los que debí intervenir en todos estos años, pude observar que podría conectarlos de algún modo. Desde los asuntos de familia, hasta los reclamos laborales, incluyendo las causas penales, existe entre sí un denominador común, aún pese a la distancia obvia de cada rama del derecho.

Es uno y se llama abuso.

Comenzando por el progenitor que perjudica al resto de su familia, desde lo económico hasta con las conductas mas reprochables, léase violencia y sus insanos derivados en adelante. Los empleadores que a sabiendas de la necesidad del dependiente intimidan, exigen metas imposibles, responsabilidades y excesos de horas de trabajo, guardias, impagas porsupuesto , además “califican” creando situaciones que derivan en una competencia innecesaria pero lacerante y también discriminatoria entre sus pares, hostigan y enferman. El colapso del fuero laboral, como justificativo harto suficiente para que el legitimo reclamo que puede tramitar durante casi un lustro, sea concluido por un apurado acuerdo que beneficia en el tiempo al trabajador, pero mas al bolsillo del patrón. Alarmante también, es el uso de esa excusa por Juzgados y Tribunales inoperantes para cubrir sus falencias.

Quienes fueron victimas de hechos que mercieron una denuncia penal, además de sufrir lo que les ha tocado, deben sobrevivir al decidido y contagioso “animus archivandi” fiscal y al alto tamiz probatorio insuperable exigido por el juzgado competente que pareciera garantizarle al imputado el tiempo suficiente para lo que necesite y evitarse así su deber de investigar.

Que el ejercicio de ese “abuso” atraviese varios estratos de nuestra vida en sociedad de un lado al otro no significa que haya triunfado y que siempre triunfe.

Hubo y hay jueces que imparten en tiempo y forma justicia en la medida que corresponde. Son los que matan al abuso en cualesquiera de sus formas, sientan precedente, ejecutan sus sentencias, y ponen las cosas en su lugar. Entre las que se encuentra mi orgullo de ser Abogado.