El débil protagonismo del denunciante.

En Argentina quien se anima a denunciar un hecho del cual fue víctima es el eslabón más desamparado de la cadena de justicia. Lo puede hacer vía teléfonica, personalmente, si tiene tiempo que perder y soportar los “peros” de una comisaría o destacamento policial (*) o bien en un trámite meramente Informático ante una ventanilla en la Cámara de Apelaciones del Fuero Criminal y Correccional si está en en la Ciudad de Bs. As. En el primer caso si logra la presencia policial a tiempo se sentirá un ciudadano especial. En todos los casos es llamado a ratificar tal denuncia y si en el ínterin consultó un abogado, este profesional no podrá acompañarlo. Podría ser muy válida tal presencia para evaluar la viabilidad de constituirse en querellante para poder impulsar la causa y aportar pruebas. Pero no!, el procedimiento se lo impide. Acto seguido si tal declaración fue necesaria y no se aconseja el archivo, (lo que el juzgado de turno suele avalar sin más sin hacerle saber al denunciante) y entonces declara ratificando, no le dan copia del acta y si decide enviar un letrado a ver la causa para que considere -ahora si, convertirse en querellante, no permiten su vista por no ser parte ni si quiera acompañado por su cliente. Hay excepciones. Para cuando vuelva con su escrito pidiendo ser tenido en ese rol puede ser tarde puesto que la causa podría haber sido archivada. La Constitución y varios Tratados y Declaraciones de Derechos Internacionales contrariadas y ni un proyecto de ley en estudio aun, busca proteger a ese eslabón olvidado, despreciado, que a veces pareciera molestar pero necesario según convenga a las estadísticas o a la política que lamentablemente, infecta un poder que debe y necesita ser independiente. (*) Al concluir la denuncia en sede policial se le preguntará sin traducción alguna “insta la acción penal?” A lo que por miedo o ignorancia la víctima del imputado y del sistema suele contestar “no”, queda su denuncia -sin saberlo- en una mera exposición (o desahogo) y de una se archiva. Si en cambio responde afirmativamente, sigue el relato que antecede